domingo, 25 de diciembre de 2011

Impresiones de Nochebuena

Desde Galilea


Hace 2000 años, una mujer llamada María, vivía en esta gruta. En un pueblo llamado Nazareth.


Los domingos, yo voy a Misa a la capilla de un colegio. No es una iglesia grande, es una capilla.
Entonces, cuando llega Navidad, la Misa se celebra en el patio del colegio, porque ese día, a los parroquianos se nos agregan padres, abuelos, tíos, sobrinos, hijos, nietos, amigos... Y así, conformamos una multitud.

Este patio es muy grande. Parte de baldosas, parte de jardín, con pasto, canteros, plantas...

Todos sabemos que hay que llegar temprano para poderse sentar. Pero anoche costó arrancar y llegamos tarde. Y así, parada, bien al fondo, se me regaló la posibilidad de participar también de otra forma.
El altar estaba lejos, y no tenía anteojos. Parlantes había muchos y buenos, pero el murmullo de lo que pasaba a mi alrededor, era más fuerte.

Y esto fue lo que fui viviendo:
Primero, a medida que nos íbamos acercando al colegio, caminando por la calle, el olor a gente limpia. Me llamó la atención percibir qué rico que olíamos, como si todos acabáramos de salir de la bañadera. Jabón rico, shampú, perfumes... Todos arregladitos. Simples, pero diferentes. Muchos de los que nos vemos domingo a domingo, pero más lindos.

Repleto de chiquitos. Repletísimo. El mundo tiene futuro. Llenísimo de bebes de cochecito, chiquitos de jardín y colegio primario. Chiquitas amorosas con vestiditos, sandalias y saquitos blancos, inmaculados. Vinchitas, moños... Una chiquita que abría su carterita de flores y sacaba un rosario, un pañuelito.. se lo mostraba a su amiga... Varones con sus autitos brmm, brmm... , avioncitos que planeaban, chiquitos que corrían y saltaban por el pasto, dando innumerables vueltas carnero... 

Una joven que, de repente, ¡plum!, se desmayó al lado mío. "Médico, médico...". Un par de jóvenes, que llegaron en seguida, la atendieron...

Por un lado, como veía y oía poco la Misa, la imaginaba. Por otro, contemplaba gozosa la realidad familiar. Sí, ¡qué lindas resplandecían las familias! Los asistentes no eran personas aisladas. Eran grupos familiares. Casi me los podía imaginar a cada uno en su casa, reunidos alrededor de la mesa .

El sol se fue poniendo. Se fue haciendo de noche, se empezaron a ver las estrellas.
El murmullo de los juegos infantiles seguía...
El abrazo de la paz. Una fiesta.
Se apagaron las luces y el fuego que habían traído los scouts desde Belén empezó a encender las velitas que nos habían dado al entrar.
Por un momento, me sentí en un recital de rock.
Vida, mucha vida.
Sonrisas, muchas sonrisas.
La Misa terminó. Ya era Navidad.

¿Qué había pasado?
¿Que hace 2000 años Dios se hizo hombre allá, en esa gruta de Nazareth?
Mmmmmm.... 
¿Dios hombre? ¿Hombre Dios?

Conceptual incomprensible, diría Macanudo de Liniers.
Lo esencial es invisible a los ojos, le respondería el Principito.
Y al entendimiento... le agrego yo...

Es Navidad.
La alegría desborda mi alma. 

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